¿Qué es un Acompañamiento a Escuelas?
Es un Dispositivo de formación continua en las instituciones
escolares. Esta modalidad de trabajo y formación convoca a pensar conjuntamente
a colegas (inspectores, docentes, directivos y capacitadores) en un tiempo y
espacio que vincula el aula de formación con las escuelas en las que los
docentes se desempeñan. Este formato flexible, centrado en las prácticas,
define sus objetivos, modalidades y alcances según las posibilidades de
implementación y las necesidades de las instituciones y sus protagonistas.
¿Que características tiene?
El Acompañamiento a Escuelas presenta dos características
centrales:
• Guarda estrecha relación con los Lineamientos de la DFC,
que concibe a la capacitación vinculada con las prácticas docentes y el
aprendizaje de los estudiantes a través de modos diversos de aprender, que
ubiquen al alumno como protagonista, además de considerar la mediación
tecnológica, el trabajo colaborativo y productivo y la orientación hacia la
igualdad de oportunidades de aprendizaje.
• Implica la definición de un plan de trabajo específico a
partir de necesidades y posibilidades concretas. El plan de trabajo del AE
puede ser guionado o “a medida”. Los AE con planes de trabajo guionados surgen
de un marco de acción medianamente previsible. Los directores de los CIIE,
capacitadores ycoordinadores y/o asesores de capacitadores del ETC diseñan y
ofrecen diversas iniciativas de AE en su región y/o distrito en base a
necesidades y prioridades comunes, dentro del cual se garanticen determinadas
actividades y metas específicas respecto de qué queremos que suceda en el
aula/gestión a partir de la puesta en práctica del AE en cada institución. En
tanto, los AE con planes de trabajo “a medida” surgen y se diseñan a partir de
necesidades específicas de las instituciones y sus actores, sea por la
situación a resolver, sea por iniciativas formativas innovadoras.
El Acompañamiento a Escuelas implica desafíos simultáneos:
● inscribirse en la lógica de trabajo y producción de los
directores de los CIIE, coordinadores y capacitadores con los diferentes
actores del sistema educativo;
● instalar un espacio donde se reconoce como punto de
partida las condiciones institucionales de la escuela y de la situación que se
toma como objeto de trabajo, teniendo en cuenta su inserción en los distritos y
regiones determinadas;
● sostener miradas situadas que permitan captar la
especificidad de cada caso, haciendo foco en las prácticas de enseñanza y
gestión;
● proponer esquemas prácticos de acción que dialoguen con
situaciones concretas definidas como espacios de intervención por los
directivos y docentes de las instituciones, sin recurrir exclusivamente a
recomendaciones gene
rales;
● apelar a distintos espacios organizacionales –otras
escuelas, institutos de formación docente, CIIE y a experiencias alternativas–
para promover la configuración de redes de trabajo colaborativo que se
sostengan a futuro más allá de la presencia del capacitador;
● dar lugar a relatos, preocupaciones, preguntas que cada
uno hace desde su práctica sin interponer las respuestas “clásicas” de los
espacios de capacitación;
● ampliar la promoción de espacios de trabajo
complementarios a las aulas de capacitación presenciales y virtuales.
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